Se dicen muchas cosas de ellos como,
por
ejemplo, que escupen veneno
por la boca con la suficiente puntería como para alcanzarle a
uno
en los ojos y dejarle ciego. También se ha hablado de que chupar sapos induce
a un estado alucinatorio; incluso en un episodio de los Simpson se puede ver a
Homer lamiendo a un sapo.
Lo cierto es que, a pesar de que hay muchísimas especies de ranas y sapos
que contienen sustancias
de defensa
contra
depredadores
en la piel, la
única especie comprobada de que
su veneno es psicoactivo es Bufo alvarius, y eso
FUMADO, nunca ingerido oralmente.
Afortunadamente para nosotros, este sapo no
se encuentra en la península, sino en el desierto de Sonora. El
veneno del sapo del
desierto de Sonora, Bufo alvarius,
contiene bufotoxina, un potente alucinógeno que
contiene 5-MeO-DMT y bufotenina. Se dice que los efectos psicoactivos del veneno ya eran
conocidos por los nativos americanos precolombinos (ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Bufo).
Las especies
de la
península contienen algo
de bufotenina
y
algunas
sustancias cardioactivas que provocan taquicardias muy
peligrosas, pero
para ello habría que ingerir las glándulas parótidas de
los sapos.
El problema que más ha llevado a matar sapos cada vez que un hombre se
topaba con ellos es el dicho:
"Si un sapo te escupe, te quedas ciego", o su variante: “Si un sapo te escupe, te deja calvo”
La realidad de todo es que los sapos no pueden escupir, al
carecer de músculo
mesomentoniano. El porqué de esta falsa leyenda parece devenir del
hecho de que para capturar
sus presas, generalmente insectos, estos
animales
proyectan
su lengua fuera de la boca. La rapidez de esta maniobra y la forma de la lengua,
pueden llegar a pensar que se trata de un escupitajo. Pero ante el miedo del
ser humano de poder ser escupido por un sapo, el resultado es el
de siempre:
Esta muerte irracional, unida a la
quitridiomicosis,
una enfermedad infecciosa que afecta
a los anfibios, puede hacer que, dentro de poco, dejemos de oír cantar a estos animales en nuestros campos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario