lunes, 9 de septiembre de 2013

Los sapos


Se dicen muchas cosas de ellos como, por ejemplo, que escupen veneno por la boca con la suficiente puntería como para alcanzarle a uno en los ojos y dejarle ciego. También se ha hablado de que chupar sapos induce a un estado alucinatorio; incluso en un episodio de los Simpson se puede ver a Homer lamiendo a un sapo.

Lo cierto es que, a pesar de que hay muchísimas especies de ranas y sapos que  contienen  sustancias  de  defensa  contra  depredadores  en  la  piel,  la  única especie comprobada de que su veneno es psicoactivo es Bufo alvarius, y eso FUMADO, nunca ingerido oralmente.
Afortunadamente para nosotros, este sapo no se encuentra en la península, sino en el desierto de Sonora. El veneno del sapo del desierto de Sonora, Bufo alvarius, contiene bufotoxina, un potente alucigeno que contiene 5-MeO-DMT y bufotenina. Se dice que los efectos psicoactivos del veneno ya eran conocidos por los nativos americanos precolombinos (ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Bufo).

Las  especies  de  la  península  contienen  algo  de  bufotenina  y  algunas sustancias cardioactivas que provocan taquicardias muy peligrosas, pero para ello habría que ingerir las glándulas patidas de los sapos.

El problema que s ha llevado a matar sapos cada vez que un hombre se topaba con ellos es el dicho: "Si un sapo te escupe, te quedas ciego", o su variante: Si un sapo te escupe, te deja calvo

La realidad de todo es que los sapos no pueden escupir, al carecer de músculo mesomentoniano. El porq de esta falsa leyenda parece devenir del hecho de que para  capturar  sus  presas,  generalmente  insectos,  estos  animales  proyectan  su lengua fuera de la boca. La rapidez de esta maniobra y la forma de la lengua, pueden llegar a pensar que se trata de un escupitajo. Pero ante el miedo del ser humano de poder ser escupido por un sapo, el resultado es el de siempre:
 Esta muerte irracional, unida a la quitridiomicosis, una enfermedad infecciosa que afecta a los anfibios, puede hacer que, dentro de poco, dejemos de oír cantar a estos animales en nuestros campos.


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