Otra idea surrealista aplicada a los mamíferos es la del murciélago que fuma, lo cual
viene acompañado de la típica broma cruel de ponerle, en la boca del pobre
animal, un cigarrillo. Éste, asustado y viendo que no se puede
librar del cigarro, aspira y parece que
fuma, cuando lo
único que
quiere
es respirar.
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