lunes, 9 de septiembre de 2013

Buitres


Van apareciendo, cada vez s s en la presa, artículos que hacen creer a la gentque los buitres son capaces dmataganado:

·        Una bandada de 200 buitres ma y devoró a dos ovejas en la masía Ferrer, de Morella. Al contrario que en otras ocasiones, las carroñeras se cebaron eanimales que no estaban de parto ni malheridas (http://www.levante- emv.com/comunitat-valenciana/2010/04/01/doscientos-buitres- matan-ovejas-morella/692733.html)
·     Un centenar de buitres han atacado a una vaca y su ternero recién parido y ha acabado con la vida de ambos en el Valle de Mena, en el límite de lprovincia de Burgos con Vizcay(http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Cien/buitres/matan/com en/vaca/ternero/Burgos/elpepusoc/20070503elpepusoc_3/Tes)



Lo cierto es que los buitres son incapaces de matar a una vaca, ni tan siquiera a una oveja, ni a un cordero, ya que no están preparados para ello; no tienen medios para agarrar una presa viva. Si los buitres, con su fuerza y su tamaño, tuviesen las mismas herramientas que las águilas reales, quizá podrían hacerlo. Pero con sus medios es imposible que maten a un animal sano. La única herramienta que posee el buitre es el pico, pero para utilizarlo, la presa tiene que estar,                                                     obligatoriamente,                                                     quietahttp://www.elcorreo.com/vizcaya/20080623/vizcaya/ataques-buitres- cuento-como-20080623.html

Probablemente los ganaderos no mientan, pero quizá interpretan mal lo que ven y creen que son ataques a animales sanos, cuando, realmente, el buitre esté actuando sobre animales muertos, heridos o atrapados. Por ejemplo, se ha comprobado que los buitres atacan y matan animales ya heridos, o que han quedado atrapados en agujeros, vallados de alambre de espino, etcétera. Pero un buitre nunca puede matar una oveja sana, porque su cuerpo es de carroñero. Tienen unas garras planas, que son para sujetar la carroña, y tienen un pico grueso y un cuello largo y sin plumas para meterse por las oquedades naturales o por los agujeros que hacen. El problema, quizá, es que los buitres acuden a comerse la placenta y al final mueren las crías e incluso las madres.

Lemmings


En un ambiente s europeo, destacan mitos como el de los lemmings. Los leminos (Lemmini) son un grupo de roedores que habitan en las tundras, en la taiga y praderas árticas, en el norte del continente americano, y en algunas regiones de Eurasia; se alimentan principalmente de hierba, raíces y frutos. Tienen un ciclo de reproducción bastante corto, lo que, unido a la gran fertilidad de las hembras,  produce  frecuentes  explosiones  demográficas  que se  compensan en parte por la actuación de depredadores y por la escasez de alimentos en determinadas épocas.

De este animal existe el mito de que se suicidan en masa, arrojándose al mar como parte de un mecanismo de autorregulación de la naturaleza. Actualmente, la comunidad científica rechaza este mito, así como las posibles explicaciones al fenómeno del suicidio en masa, pues no existen pruebas de que éste exista.

     El documental de Disney “White Wilderness”, ganador de un Oscar en 1959, contribuyó  notablemente  a  mantener  dicho  mito.  En  este  filme, después del minuto 9, los lemmings saltan a un río, siendo esta la única grabación del supuesto suceso. Existe una cierta controversia respecto al documental, pues se sospecha que la secuencia del suicidio de los lemmings es falsa, ya que el mismo fue rodado en una región en la que no existen poblaciones de dichos animales. Se especula que los lemmings fueron comprados y trasladados hasta el lugar del rodaje, para luego ser asustados y empujados hacia un acantilado.
Además, anterior a este documental, a principios del siglo XX, un influyente libro infantil de consulta en el Reino Unido, como es la Children´s Encyclopaedia de Arthur Mee (1908), decía:



“Avanzan en línea recta, por montañas y valles, a través de jardines, granjas, pueblos, manantiales y estanques; envenenan el agua y provocan fiebre tifoidea (…) continúan hasta el mar, y provocan su destrucción metiéndose en el agua (…) Es triste y terrible, pero si ese éxodo funesto no tuviese lugar, los lemmings habrían dejado Europa pelada hace mucho tiempo”.

Ecologistas liberadores de especies


No son sólo los topillos las especies que son liberadas desde el el aire por grupos ecologistas, asociaciones que deben de contar con un capital desorbitante como para poder disponer de un importante centro de reproducción y cría de topillos, así como una alta flota de avionetas con que soltarlos; también son liberadas otras especies, como por ejemplo; víboras (http://zonaosera.blogspot.com/2009/03/el- veneno-cantabrico.html).
Esta historia de helicópteros tirando culebras es una de esas "leyendas urbanas" que, en vez de ir desapareciendo con el paso del tiempo, ha ido cobrando s y más fuerza por el aumento de detalles que se incorporan a la misma, y es que, se hable con quien se hable, si él no lo ha visto, seguro que cuanta con un hermano, madre, tío o vecino, que sí que lo hizo (http://illoranatural.blogspot.com.es/2009/07/sultas-masivas-de-alimanas-desde.html)
¿De dónde surgen estas leyendas rurales? Quizá, las explosiones demográficas de topillos o ratas no tienen otra explicación para gente llana que la de que "los hayan soltado". Esto, junto al hecho de que, en efecto, algunos animales silvestres recuperados en centros de rehabilitación de fauna son liberados de nuevo a su medio, lo cual puede haber sido presenciado o visto en prensa crea el caldo de cultivo para otras leyendas como la de los meloncillos (http://alimanasyvermes.blogspot.com.es/2008/12/leyendas-rurales.html)
También es cierto que, durante años, el ICONA hizo de España un sayo, dedicándose a la plantación de especies como eucaliptos o la liberación de animales como el lucio (Esox lucius) sin dar muchas explicaciones al pueblo, que veían como un grupo de ingenieros, mandados por el generalísimo, trastocaba sus campos sin dar más explicaciones. Por lo que, ¿por qué no seguir pensando que continúan con esos mismos fines?

Fauna maldita


Refiriéndonos s propiamente a Extremadura, es interesante mentar el libro EL PARAISO MALDITO”, de Iker Jiménez. Este libro pretendía en un principio desmitificar la zona de Las Hurdes, aunque al final se limitó a ser un estudio acerca de todo el elenco de misterios que envuelve a esta comarca, dando por lidos muchos de ellos.
Iker Jiménez Elizari es un periodista español, responsable de programas como “Milenio 3 en la Cadena SER, el programa más descargado de toda la radio emitida en castellano en el 2010 y “Cuarto Milenio, Medalla de Plata en el Festival Internacional de Cine y Televisión de Nueva York, también en el 2010.

El capítulo 9 de este libro, relacionado con la zoología de las Hurdes, puede ser consultado en Google Books: http://books.google.es/books?id=JTq1cTHZB0oC&pg=PA225&lpg=PA225&dq=%22Parais o+maldito%22+%22zoologia+imposible%22&source=bl&ots=Jv7WErHwwl&sig=unaajT8j

En este capítulo se citan especies propias de la Zoología Hurdana como la culebra bastarda (que siente especial predilección por la leche de cabra), la salamantinga (coincidiría con la salamandra rabilarga - Chioglossa lusitánica - una especie de anfibio urodelo endémica del noroeste de la península y completamente inofensiva), la tarantanchuela hurdana (una araña de tamaño gigantesco), o el lucero; de este último, lo basta con leer el texto que acompaña a la siguiente imagen (sacada del libro) para saber qué se dice de él:

El lucero no deja de ser un simple lución (Anguis fragilis); un lagarto ápodo común en Europa y el este de Asia, al que también se le conoce como culebrilla de cristal y que es totalmente inofensivo. En el artículo “Estudio sobre las amenazas para anfibios y reptiles en Ciudad Real”, aparecido en la revista Quercus, de marzo del 2003, podía leerse lo siguiente:

 “Culebras, eslizones y salamanquesas son especialmente perseguidos por ser considerados, erróneamente, animales peligrosos y venenosos para el ser humano”.

La tarantanchuela hurdana tiene mucha similitud con la tarantela, un baile de origen napolitano que tiene un movimiento muy vivo, acompañado de canto. En la Edad Media la tarantela era una enfermedad atribuida al picotazo de una araña; la superstición popular decía que la mordedura de la tarántula mediterránea (Lycosa tarántula) era mortal, a no ser que se bailase la tarantela. Parecía ser que los enfermos se levantaban sin dejar de moverse, poniéndose a bailar y sudando tanto que, allí donde pisaban, dejaban una huella mojada. De esta forma, descansando cada cierto tiempo, eran capaces de bailar y sudar durante 24 horas, tras las cuales sanaban por completo.